Llamo para que me den cita para unas pruebas de medicina nuclear que tenían cierta urgencia, me dicen que entre una y dos semanas me darán la cita, pasan 16 dias y no tengo ninguna respuesta, llamo de nuevo y me dan una cita para una sola prueba, llamo al día siguiente para ver qué pasa con la otra prueba y me contestan que en unos días me llamarán y que la cita que me dieron el día anterior me la tienen que anular pues la persona que me la dio no supo hacerlo, han pasado cinco días sin que nadie me haya llamado, lógicamente he contactado con otro centro y ya tengo cita. Yo desde luego en esta clínica no me pondría en sus manos pues la falta de priofesionalidad es evidente, no sé qué profesionales médicos tendrán, no puedo opinar sobre ello, pero el resto queda dicho en esta opinión

Me realice una radiografía de columna en el hospital Anderson Arturo Soria de Madrid, solicitada por el rehabilitador. No obstante a parte de ir a rehabilitación, solicite cita a mi fisioterapeuta, el cual fue incapaz de ver el grado de lesión ya que el disco que me entregaron no es compatible con otro ordenador o programa que no sea el de la compañía. Ingenua de mi le dije no te preocupes mañana llamo al hospital y que me hagan un informe del mismo. Llame por teléfono para asegurarme a que hora tenia que ir a recogerlo para no perder el tiempo laboral, me comentaron que sin problemas, por lo que me acerque y me choque con el primer muro, no hacen informe de radiografías. Le explique el problema que tenia y después de mucho debatir me dijo que en ese momento no había un radiólogo de columna. Que regresara al día siguiente. Volví y me choque con un muro mayor, la persona que me atendió no solo me dijo que no me lo hacía si no que las personas que habían intentado visualizarlo no tenían ni idea. No me gusta discutir por lo que opte por pedir cita con mi traumatólogo para explicarle otra vez el problema, no me dan cita hasta dentro de 2 meses. La personas que me atienden en recepción no entienden el porque son tan reacios a solucionar el tema, intentan ellos hablar con la persona, que insiste en que no me lo da, incluso observo el malestar entre ellos. Al final gracias a esta persona logra que el informe me lo hagan para cuatro días después, sabiendo que tengo que ir al fisio ese mismo días, por tener fuertes dolores. En resumidas cuentas, el servicio de radiología, un asco. No obstante el lunes cuando vaya ha recogerlo si es que tengo suerte pondré la correspondiente hoja de reclamaciones por la mala praxis, en este caso no es una enfermedad de vida o muerte, pero si así hubiese sido, ya me habría muerto, no creo que sea mucho pedir un simple papel que tardan dos minutos en hacerlo. No volveré más a ese hospital

En mi mensaje anterior mezclé hechos que ocurrieron en 2018-19, con el mismo paciente, con otros de hace días. Quizá ya el neumólogo sepa lo de las dos vacunas y el neurólogo lo del parkinsonismo. Le volví a ingresar en ese horror porque estaba muy grave, le faltaba oxígeno, llamé al Summa y a Adeslas y la ambulancia de éstos llegó antes y tienen allí su historial -sólo oncológico-. Al día siguiente intenté trasladarle a la Jiménez Díaz, pero me dijeron que no era posible por su estado. También en 2019 le llevé a Urgencias y tuve que sacarlo de allí a toda prisa para salvarle la vida. De todo lo dicho excluyo al personal que no está en ingresos, sino en el laboratorio, los mostradores o el hospital de día. Ahí sí que sitúan, cara al público, a profesionales encantadores para que capten clientes, que no pacientes. El trato ha sido tan cruel que un celador, al que no conocía, al entrar en la habitación, me apretó la mano a escondidas de las enfermeras, para mostrarme su solidaridad o su compasión.

Estar ingresado es como meterse en un internado de película de terror. Es la dictadura de las enfermeras: ellas hacen y deshacen, te chillan si las necesitas y las molestas en sus interminables ratos de ocio, y muestran una falta de humanidad terrible con el enfermo. Y los médicos les bailan el agua, acojonados. Si al paciente le escuecen sus partes por falta de aseo, en vez de hacer que le laven, le dan sedantes para que se calme. A un enfermo con una diarrea gravísima por una bacteria, la médico de planta le regaña a diario por "cagón", por molestar a las enfermeras. No hay celadores nunca a mano para mover o cambiar a enfermos masculinos. Tampoco tienen medios: ni siquiera espesante para los que sufren disfagia. La medicación habitual del enfermo la pones tú, por orden del médico, y las enfermeras te dan gritos, tanto si se la das como si no. El médico no aparece si surge algún problema: sospecho que no hay médico de guardia. Ni casi de ningún tipo, excepto oncólogos: ninguno de los neurólogos sabe detectar un parkinson, ni muchísimo menos, tratarlo. El neumólogo aún no se ha enterado de que la vacuna de la gripe puesta a la vez que la del neumococo puede producir infecciones terribles -según me dicen en el ambulatorio-, y te las pone juntas con fatal resultado. Además, no dejan entrar a nadie a ver a enfermos muy graves, si no tienen una PCR hecha del día. Resultado: el paciente se muere aislado, de pena. Si quieres llevar un cuidador para que limpie/mude al enfermo porque allí no lo hacen, tienes que buscar uno cada día, porque no se va a hacer la misma persona una PCR diaria. Mientras tanto, las enfermeras, disfrutan su ocio alegremente sin mascarilla: sólo se la ponen al entrar en las habitaciones. Me estoy desahogando mínimamente aquí, pero voy a poner una denuncia a este ¿hospital? en cuanto pueda.

He acudido a la consulta del dr. Alonso Casado y me he quedado sin palabras. Como cirujano no puedo opinar de sus aptitudes, pero de cara al paciente, su educación y actitud deja mucho que desear.