Por motivo de un ERE que hicieron en mi empresa me quedé parado sin trabajar casi diez meses. Creí que enloquecía, el tiempo se hacía infinito y mi cabeza iba a toda velocidad con temas que me llenaban de inseguridades y negatividad. La doctora me trató desde el primer día con infinita paciencia, mesura y empatía. Hoy día, vuelvo a estar parado, pero ahora sé ocupar mi tiempo con cosas productivas.