Lo conocí en el 2010, después de haber recorrido más de 13 pediatras entre Guadalajara y Madrid, sin que ninguno de ellos me diese la solución al problema que yo sabía que tenía mi hijo y ningun pediatra antes condidero. Gracias a él, cuando mi hijo tuvo un año y diez meses, un día después de conocerle y ponerle en tratamiento, mi hijo durmió toda la noche sin pasar horar llorando y gritando de dolor, y comió su primer plato entero de pure. Desde que lo conocí nunca tuve miedo a que mi hijo, y posteriormente, mi hija, tuviesen algún problema de salud. Yo sabía que él sabría lo que le pasaba, se daría cuenta a tiempo. Ahora se ha jubilado en Enero de 2013, y mi inquietud cuando veo a mis hijos enfermos a vuelto a aparecer por miedo a que el pediatra que les lleva ahora no sepa darse cuenta del problema que tienen. Pero sólo puedo decirle a ARNOLDO RIVAS CASTILLO, GRACIAS POR LA DEDICACIÓN, EL CARIÑO Y LO BIEN QUE HAS TRATADO A MIS HIJOS (Y ME CONSTA TAMBIÉN AL RESTO DE TUS PACIENTES) y la tranquilidad que me has dado durante estos 3 años.