Había probado infinidad de psicologos y terapias. Desconocía cual era mi problema si bien me encontraba demasiado a menudo cansada, hastiada, triste y sin ganas de vivir. La doctora Catalina, con paciencia y afecto logró en pocas sesiones que mi vitalidad cambiara. Siempre hace uso del refuerzo positivo, te enseña o al menos a mí me enseñó a ver la parte buena que todo tiene o puede tener y algo muy importante, a través de su conversar vas adquiriendo una seguridad en ti misma o mismo, que todos tenemos pero que desconocemos. Ya me siento bien, no he vuelto a decaer en la forma en la que lo hiciera, sin embargo seigo y seguiré aún acudiendo a mi cita quincenal con ella porque me siento agusto y sí, pago por conversar, pero aprendo infinito de mí y del mundo. Una persona de inmensa valía.