Creo que es uno de esos ciudadanos a los que habría que retirar del sistema de salud por el bien de los pacientes. La experiencia me ha demostrado que su capacidad profesional es ínfima y su modo de tratar a los familiares del paciente no podría ser peor. Por desgracia, la persona a la que "trató" no puede dar su opinión, al haber fallecido. Este individuo ha dejado a una familia destrozada con su soberbia y se escasa categoría personal y profesional. No se lo recomendaría ni a mi peor enemigo. Espero que su futuro se corresponda con sus méritos.