Me atendió en urgencias del Ramón y Cajal donde acudí por un fuerte dolor abdominal repentino. Me trató como si yo fuera imbécil, fue seca, borde, ofensiva, irrespetuosa e impertinente. No me permitió explicarme ni tuvo interés ninguno en lo que yo tenía que decir. Me sentí totalmente humillada. Definitivamente esta persona se cree un ser superior. En mis 50 años me ha dado tiempo a pasar por muchos médicos. Puedo decir que esta señora ha sido la peor de todos ellos. No entiendo cómo alguien así puede tener vocación para dedicarse a la medicina.

Mi experiencia fue tan mala como para molestarme en escribir esta reseña. Llegué a la consulta y sabiendo que tenia ya pacientes en espera, salió a tomarse un café. Una vez dentro y con el retraso correspondiente, no me sentí escuchada, recibí un trato déspota por su parte. Ya bastante desagradable es tener que ir al ginecólogo como para que te toque un profesional que te atienda con esas formas.

Mi opinión sobre la doctora María Jesús Pablos Antona es satisfactoria. Me parece agradable y amable, a la vez que te escucha y atiende correctamente. Con ella me he sentido tranquila y bien tratada, y en la revisión me parece atenta y sensible.

Es seca y borde. No pregunta nada, ni se interesa en absoluto por el paciente. Su trato es déspota, sin dar explicaciones y con faltas de respeto y sus recomendaciones vagas. Para no volver nunca