No sabría especificar de manera ajustada qué es lo que hace de la doctora Echeverría una psicóloga tan sumamente efectiva pero sí que puedo comentar escuetamente lo que en ella me sedujo desde prácticamente la primera sesión: su decir, también su omitir, sus silencios de atención hacia el paciente, su tan grata serenidad; le llevan a una a sentirse cómoda, agustito, tranquila, como si el tiempo no pasara ni dejara de hacerlo, como –tal vez- si el tiempo no existiera y sales luego a tu vida, con las pilas bien cargadas, con una inusual seguridad en ti misma que ni siquiera al fin de la terapia se diluye, tan solo se queda en ti. Inmensamente agradecida.