En torno a los veintitantos viví un suceso que me reportó muchísima tensión que jamás resolví y de lo que no me percaté hasta que años después, un día cualquiera ante una nueva situación de estrés estalló y me hizo casi también estallar a mí. En pocos meses tenía unos desarreglos alimenticios tremendos. Primero me desnutrí casi sin darme cuenta, los médicos no daban crédito cuando comentaban mis analíticas, me faltaba de todo. Al poco empecé a engordar sin mesura hasta el punto de tener problemas con mi equilibrio y ni menciono con mis rodillas. Y todo yo era un desastre hasta que dí con la doctora Del Toro. Con ella, con su ayuda, identifiqué de dónde venía mi tendencia a castigarme a través de la alimentación. En un año y medio tenía el alta médica total. No he vuelto a padecer desarreglos de la índole aquí mentada y lo mejor de todo es que la doctora me llama cada dos meses tan solo para charlar un poquito e interesarse por mí. Personas así merecen todo el reconocimiento que podamos darles, de modo que LA RECOMIENDO.